Kristie sigue sin tener las cosas claras, no quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz, pero tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue encontrar una forma de centrarse. Parece que el verano en California para alejarse de Texas no es suficiente, Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, ya que se ha dado cuenta de su equivocación al sabotear la única relación de verdad de su vida, pero la ha herido demasiado y no sabe si ya es tarde. Los recuerdos de su relación con Dennis la bombardean. Él fue el amor de su vida, la persona que estuvo a su lado durante todos los difíciles años de su infancia a cargo del sistema estatal de tutela de menores y, aunque no sabe si podrá perdonarle algún día cómo acabaron, tampoco puede quitárselo de la cabeza. Tras enfrentarse a un giro inesperado y descubrir que Dennis guarda demasiados secretos peligrosos acerca de su pasado, Kristie deberá decidir a quién pertenece su corazón.