Sobre la escritura. Francis Scott Fitzgerald

¿Has conocido a algún escritor que acepte tranquilamente y sin rechistar una crítica negativa justa?
Carta a H. L. Mencken, 1925

Cuando cuentes una anécdota, hazlo de tal manera que quienes te escuchan vean a las personas de las que estás hablando.
Carta a Sheilah Graham, 1937

P.D.: Si sigues llevando el diario, procura, por favor, no escribir cosas insípidas que podría leer en una guía de diez francos. No me interesan las fechas ni los lugares, ni siquiera la Batalla de Nueva Orleans, a no ser que te susciten observaciones insólitas. Y no intentes ser ingeniosa; si hay ingenio, que sea natural y espontáneo, auténtico.
Carta a Frances Scott Fitzgerald, 1938

Cuando un gran escritor quiere describir a una mujer bellísima o un amanecer maravilloso, se da cuenta de que los superlativos han sido desgastados por autores de menor talento. Debería existir una norma que obligara a los malos escritores a empezar por mujeres y amaneceres corrientes para luego, si son aptos para ello, pasar a algo mejor.

Uno no escribe porque quiera decir algo, sino porque tiene algo que decir.

El gran arte surge del desprecio del gran artista por el arte inferior.

Mi novela es autobiográfica en cuanto al punto de vista, pero he tomado prestados episodios de la vida de todos mis amigos.
Carta a la esposa de Edward Fitzgerald, 1919

Espero que leas un montón, Sally; tienes una mente muy aguda y conviene que la alimentes con cualquier libro que caiga en tus manos, ya sea bueno, malo o mediocre. Una persona inteligente sabe discriminar bien lo valioso de lo que no lo es.
Carta a Sally Pope Taylor, 1918

Las buenas historias se escriben solas; las malas hay que escribirlas.
Carta a Harold Ober, 1925

Inventa si quieres un sistema a lo Zola […] pero cómprate una carpeta. En la primera hoja, haz un esquema general de una novela monumental sobre nuestra época (no te preocupes: ya se irá reduciendo sola), y dedícate a elaborar el plan durante dos meses. Toma el punto principal como el clímax y, a partir de él, ve revisando y modificando el plan los siguientes tres meses. Luego ocúpate de crear, con lo que ya tengas, eso tan difícil que es la continuidad narrativa, y, por último, prepara un programa de trabajo.
Carta a John O’Hara, 1936