—Entre nosotros existe otra diferencia, señor Scoresby. Una bruja renunciaría antes a respirar que a volar, porque volar forma parte de nuestra naturaleza.
—Ya me doy cuenta, señora, y por esto la envidio, pero a mí no me gustan las mismas cosas. Volar es un trabajo para mí, yo no soy más que un técnico. Igual podría ajustar válvulas en una fábrica de gas o instalar circuitos ambáricos. Sin embargo, he elegido esto, ¿comprende usted? Lo he elegido por propia voluntad