El argumento principal que sustenta la tesis, según Unger y Smolin, procede de la cosmología contemporánea. A lo largo del siglo xx, se demostró que el Universo observable tiene una historia, desde el Big Bang hasta nuestros días. A lo largo de su evolución, ha pasado por diferentes fases, y las leyes de la biología, de la química, de la física clásica, de la física de partículas y de la gravedad no han podido «reinar» y aplicarse en todas las épocas.