Durante años, el centro de acción de Krishnamurti en Occidente fue en la localidad de Saanen, un bellísimo lugar de los Alpes suizos al cual acudían personas de todo el mundo para escuchar su enseñanza.
Enseñanza paradójica, pues Krishnamurti invitaba a sus oyentes a prescindir de la autoridad de los maestros: no hacen falta gurús ni principios generales; lo esencial es la propia liberación, el descondicionamiento, la libertad interior.
Al hilo de esa libertad, Krishnamurti va enfocando en el presente libro los grandes temas del amor, la religión, las ideologías, el dolor, la belleza, la felicidad, la meditación… Sus palabras son un estímulo y no una imposición. Un estímulo para que cada lector acceda, por sí mismo, a su propia e irreductible realización.