La libertad interior

No hay sendero que conduzca a la verdad. No existe el sendero suyo o el mío. No hay un camino cristiano hacia la verdad, ni un camino hindú tampoco. Un «camino» implica un proceso estático hacia algo que también es estático.

«búsqueda» de la verdad implica que una mente puede hallarla y que tiene la capacidad de decir «esa es la verdad». Pero, ¿sabe uno lo que es la Verdad? ¿Puede reconocerla? Si la reconoce, ya es algo que pertenece al pasado. De modo que la verdad no puede encontrarse buscándola; ha de venir sin ser invitada, o si uno es afortunado, por suerte.

. La meditación no es una evasión de la vida, no es proceso nuestro, particular, individual, que nos pertenezca.

hay virtud si no hay amor; la virtud no es cosa que deba cultivarse, para convertirla en hábito.

toda autoridad (hablamos de la autoridad interna, no de la autoridad de la ley) anclada en el conocimiento, en la experiencia, en el concepto de que hay uno que sabe y el otro que no sabe, sólo sirve para crear arrogancia y falta de humildad, tanto respecto del que sabe como del que trata de seguir a éste.

El gurú, en la antigüedad, era alguien con quien usted vivía; le decía qué hacer, cómo observar, cómo examinar. Vivía usted con él y con eso tal vez aprendía sin imitarlo, sin ajustarse al modelo que él presentaba, sino observando

; y, si afirma que lo ha logrado, entonces desconfíe usted de él por completo, porque un hombre que dice que sabe, no sabe. Y esa es la belleza de la Verdad

esto siempre hay conflicto entre lo que es y lo que debería ser.

–si se me permite decirlo cortésmente– en la mayor parte de los idealistas hay un tinte de hipocresía porque eluden lo que es.

pensamiento nunca puede terminar con el dolor; sólo puede engendrarlo. Pensar es invitar al dolor. El pensamiento, la capacidad intelectual de razonar, por muy cuerda que sea, no da fin al dolor;