Estamos todos tan de vuelta de todo, tenemos tanta información, tantas opiniones, tanta ironía. No es fácil escribir un ensayo que descoloque y escandalice, que presente una idea novedosa e inesperada. Spufford lo ha conseguido con el argumento probablemente menos popular de nuestro tiempo: �Creo en Dios, para mí el cristianismo tiene sentido y estoy harto de que ustedes, los ateos y agnósticos, se crean más listos que yo. Profesor de literatura, intelectual progresista, Spufford demuestra aquí que se puede ser creyente y vivir en el mundo del siglo XXI sin aguantar que nadie le venga a perdonar la vida.
Ya les hemos contado el final, pero háganse un favor: pasen y lean. No se arrepentirán.