A través de una descarga irrefrenable de elucidaciones extremas, el protagonista de esta novela fotografía violentamente los estados más descorazonados del ser humano, radiografiando con escalofriante frialdad los motivos de su desesperación tras ser abandonado por la mujer que ama/odia hasta las últimas consecuencias.
Navegando entre el minimalismo abrasivo de Palahniuk, la ficción transgresiva de Burroughs y el pánico surrealista de Arrabal y Jodorowsky, Alberto Díaz nos embadurna de una narrativa tan florida e impactante como ennegrecida por el fango, el semen y la sangre. Persiguiendo ángeles no es una obra fácil, pero su bello y caótico verso-coro-verso de suciedad y redención escrito con puño de hierro no te dejará ir una vez te haya atrapado. Lector, estás advertido.