Se puede admitir que es imposible demostrar de modo concluyente la proposición que asegura que mi lógica es la lógica de todos los demás y la única lógica humana y que las categorías de mi actuar son las categorías de la actuación de todos los demás, así como de la acción humana en general. Ello no obstante, el pragmático debe recordar que tales proposiciones funcionan tanto en la práctica como en la ciencia, y el positivista no debe desconocer el hecho de que, al dirigirse a sus semejantes, presupone —tácita e implícitamente— la validez intersubjetiva de la lógica y, por tanto, la existencia del mundo del pensamiento y de la acción del alter ego de condición indudablemente humana[8]
Esta propuesta si bien es interesante no es del todo cierto porque, si bien es cierto que no podemos saber si todos los cerebros funcionan exactamente igual, si hay manera de saber que la lógica funciona igual para todos los seres humanos, un ejemplo de ello es la matemática; si lo que dice Mises fuera cierto serían muy pocos los que entienden las matemáticas y no se podría explicar en diferentes partes del mundo.