Hay libros en los que es mejor no abrir una grieta en la noche. Este es uno de ellos. Asomarse puede ser caer al vacío, donde las familias no son espacios seguros, las calles acaban siendo un bucle, las pesadillas regresan para recordarnos por qué están aquí y ni siquiera los vínculos fraternales se conocen a profundidad. Asomarse es estar delante de una fabuladora extraordinaria, una revolución en la escritura mexicana, encendida por veladoras y pirotecnias, alimentada de golpes de boxeo y dentelladas felinas, poblada de desaparecidas, narco satánicos o amantes. Si leer es siempre precipitarse, leer a Laura Baeza es sumergirse al mismo tiempo en el vacío y en la oscuridad. Abrir una grieta bajo los pies.