Karin, una loca anciana, le asegura a Víctor que ella le prestó su paraguas a Mary Poppins para poder volar. Víctor, al ayudar a una anciana a levantarse del suelo, emprende junto con ella una travesía a un fantástico mundo donde gnomos, duendes y elfos le aconsejan cómo enfrentar a sus peleoneros compañeros de escuela. Karin, la viejita que lleva a Víctor a viajar por la imaginación, es, ni más ni menos, la dueña del paraguas de Mary Poppins y afirma que se lo prestó para que ésta pudiera volar sin problema.