"'Uno no puede amar lo que no conoce', escribió Shakespeare hace algunos siglos. Por eso, cuando era chica, me costaba amarme. Lo del amor propio me parecía un concepto extraño, ajeno. Solamente sabía que en mi vida había desorden, oscuridad. Ni siquiera era oscuridad, era más bien una neblina que me rodeaba. No sabía quién era; por lo tanto, no podía amarme. Eso era para otros, no para mí. Muchos años después me crucé con un nuevo concepto que iba muy de la mano del amor propio: el autoconocimiento. Fue entonces cuando Silvina llegó a mi vida. Gracias a ella conocí los principios del Ayurveda y mi mente se revolucionó. Silvina me enseñó que todo lo que nos rodea es alimento: lo que vemos, lo que leemos, lo que tocamos, quienes nos tocan, lo que escuchamos, lo que olemos y por supuesto lo que comemos. Y que en las emociones todo se tiene en cuenta: el entorno, tus amigos, los vínculos de pareja, las reacciones ante una decepción… Por eso, te invito a que te encuentres en estas páginas, a que vivas el alivio que implica saber que estás bien y que vas a estar mejor, que podrás darle la vuelta a tu vida si descubres quién eres realmente" (Cielo Latini).