El jefe ponía las reglas
Joe Carlino regresó al valle de Napa para ayudar a dirigir la bodega familiar, no para verse distraído por su bella secretaria, Ali Pendrake. Joe ya había cometido el error de tener una relación con una de sus empleadas y no quería repetirlo, pero Ali lo atraía de un modo irresistible.
Cansada de que su jefe la juzgara por su explosivo aspecto físico, Ali cambió radicalmente su imagen y, al convertirse en una chica normal y corriente, captó de verdad la atención del acaudalado soltero. Sin embargo, empezó a preguntarse si Joe sería algún día capaz de amar a la verdadera Ali.