Y aquí se hace necesaria una pequeña precisión respecto al manoseado concepto de patriotismo criollo. No porque este no existiese, es obvio que existió, sino por los problemas que crea confundirlo con una especie de protonacionalismo, sin entender que en la Ilustración hispánica patria y nación son términos más antitéticos que sinónimos. En precisa definición del padre Feijoo, uno de los autores más leídos a uno y otro lado del Atlántico, desde luego infinitamente más que los ilustrados franceses, por la primera se entiende los que viven bajo las mismas leyes, sean éstas las de una ciudad, un reino, un virreinato o el conjunto de la Monarquía; por la segunda los que tienen el mismo origen y costumbres, las diferentes naciones indias, por ejemplo, pero también la nación de los españoles, en el sentido de los que tenían su origen en Europa. Sin entender, como consecuencia, que buscar la grandeza de la patria, fuese esta una ciudad, un reino, un virreinato o el conjunto de la Monarquía, no significaba poner en cuestión la fidelidad al rey, base y fundamento de una Monarquía formada por múltiples patrias y naciones.