Admirado por Karl Kraus, Adolf Loos, Arthur Schnitzler…, Peter Altenberg es una especie de leyenda literaria vienesa a medio camino entre el clochard y el genio iluminado. Sus textos —aforismos, poemas en prosa, apuntes teóricos, relatos brevísimos: en definitiva, y en sus palabras, telegramas del alma— son de una gran modernidad, y evidencian que temas como la solidaridad con los más desfavorecidos o la industrialización y la pérdida del espacio natural no son nuevos, sino que entroncan con aquel final del siglo XIX caracterizado por cambios tan radicales como los de ahora.
«Los escritos de Altenberg son siempre anotaciones que, justo en el momento de concretarse, dejan de remitir a la figura del autor para despersonalizarse, para ser el diario de cualquiera, de todos, de nadie. Su forma resulta, de entrada, desconcertante, hasta el punto de que una de las inteligencias más brillantes que le fueron contemporáneas, la de Von Hofmannsthal, no supo caracterizarla más que con ciertas reservas y perplejidad: “Es un libro nuevo, una especie de libro”.» Antoni Martí Monterde, en el prólogo.