En los últimos 17 años, el movimiento chavista ha cambiado el tipo de organización partidista en la que se apoya para mantener y acrecentar su poder, ganar elecciones y ordenar su base social de respaldo. Comenzó en la práctica con una estructura similar a los partidos de cuadros y fue introduciendo variaciones en distintos períodos hasta convertirse hoy en un partido de masas con un robusto aparato burocrático y que tiene el objetivo de generar lazos de lealtad propios con la militancia a fin de poder superar la desaparición de su principal líder. Esto permite pronosticar que en el futuro la organización tendrá una importancia mucho mayor para el mantenimiento del chavismo en el poder. Sin embargo, el grupo no ha podido completar un proceso de institucionalización debido a distintos obstáculos: el liderazgo carismático de Hugo Chávez; la importancia otorgada a los procesos electorales por encima de otros acontecimientos y funciones significativas para los partidos; y la excesiva dependencia en el Estado y el Gobierno. La organización es controlada por una cúpula de dirigentes que fueron cohesionados en principio por la fortaleza del liderazgo de Chávez y ahora se mantienen unidos con el objetivo de mantener el poder. Esta situación parece confirmar la propuesta de Ley de Hierro de la Oligarquía de Robert Michels. Para poder realizar este estudio exploratorio con rigor científico se dividió la historia del partido chavista en seis períodos y se analizó cada uno desde tres puntos de vista: organización, ideología y liderazgo.