Un experimento científico hace posible la inesperada interacción entre dos universos paralelos con la salvedad de que, en uno de ellos, la especie humana que ha predominado son los Neanderthales y no los Cromagnones, como ha ocurrido en nuestro mundo. Ponter Boddit, un físico neanderthal, cruza accidentalmente la barrera entre esos universos. En nuestro mundo será reconocido inmediatamente como neanderthal, pero sólo mucho más tarde como científico. Dos culturas distintas se enfrentan —con todas las dificultades que ello representa-, mientras el compañero de Boddit, Adikor Huld, se encuentra, en su universo de neanderthales, con un laboratorio destrozado, un cuerpo desaparecido, mucha gente recelosa a su alrededor, y enfrentado a un complejo juicio por asesinato. Homínidos es el inicio de una prodigiosa exploración cultural, un nuevo tipo de ficción antropológica que centra sus mejores virtudes no sólo en la más actual ciencia moderna, sino, y sobre todo, en las complejas consecuencias culturales, humanas y antropológicas de un inesperado cruce de culturas. Robert J. Sawyer es ya el mayor fenómeno de la ciencia ficción canadiense. Especialista en una ciencia ficción rigurosa que plantea cuestiones morales, ha obtenido ya más de veinticinco premios nacionales e internacionales por su obra. Con Experimento terminal obtuvo los premios Nebula, Aurora —de la ciencia ficción canadiense— y Homer —del Forum de ciencia ficción Compuserve— y, en los últimos seis años, ha sido cinco veces finalista del premio Hugo, un récord difícilmente igualable, que ha culminado con el Hugo obtenido por Homínidos. He aquí algunas de las cosas que me gustan de Robert J. Sawyer: sus novelas son dinámicas y sólidamente construidas; sus personajes están desarrollados de forma que me preocupa lo que les ocurra; la ciencia en su ciencia ficción resulta intrínseca a la trama, pero no es misteriosa ni exige que los lectores sean físicos nucleares para entenderla. Rocky Mountain News