Ella no era precisamente la esposa modelo.
Melinda Ethridge aceptó aquel matrimonio de conveniencia con Etienne Hurst con el fin de impedir que vendieran Raspberry Hill, la propiedad en la que vivía toda su familia. Sin embargo, no podía evitar sentir algo de rabia por tener que renunciar a su libertad. Mel decidió que la solución era ser una esposa poco convencional que mantendría su independencia por completo… incluyendo en el dormitorio. Pero estar casada con Etienne resultó ser muy diferente a lo que ella había esperado. Él la deseaba y ella sentía lo mismo por él. ¿Debería olvidarse de las normas que ella misma se había impuesto y convertirse en una esposa en todos los sentidos?