Se equivoca. Todos somos asesinos. Sólo tiene que fijarse bien. En el sentido amplio de la palabra, ¿nunca ha visto, estando en un centro comercial, a una madre arremetiendo contra su hijo y dándole una tunda delante de todo el mundo? ¿Y qué creía que estaba pasando allí? Si mirase a los ojos del niño, vería que se llenan de frialdad. Un asesino en potencia.