Uno a primera vista diría que frente a este esbozo de programa político, que increíblemente Sarmiento propuso con toda la seriedad del mundo (recordemos que, pocos años después, llegaría a ser presidente), los delirios de Aira, Arlt, Copi, Laiseca, Cabezón Cámara o Lamborghini parecen una pueril broma escolar. Pero la realidad es que Argirópolis, de manera retrospectiva, funda la línea cyberpunk en la que todos esos autores y autoras se inscriben, la de la imaginación distópica, la del delirio de la política y la de la política del delirio, que se continúa en Los siete locos, en Los Lanzallamas, en La Internacional Argentina, en Los Sorias, en La Virgen Cabeza, en Tadeys y también en Borges, autor del que ahora pasaré a hablar.