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Maggie Nelson

Bluets

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  • Verónicahas quoted2 years ago
    Quiero que sepas, si algún día lees esto, que hubo un tiempo en el que hubiera preferido tenerte a mi lado antes que cualquiera de estas palabras; hubiera preferido tenerte a mi lado más que todo el azul del mundo.
  • Ana Saenzhas quoted3 years ago
    En mi currículum dice que estoy trabajando actualmente en un libro sobre el color azul. Llevo años diciéndolo sin escribir ni una palabra. Es, quizás, mi manera de sentir que mi vida está «en progreso» en lugar de sentirme como esa porción de ceniza que cae del extremo de un cigarrillo encendido.
  • Meribahas quotedlast year
    el error de pensar que todo deseo es anhelo.
  • Meribahas quotedlast year
    Si estás enamorado del rojo, te cortas o te disparas. Si estás enamorado del azul, te llenas el bolsillo de piedras perfectas para chupar y te diriges al río. Cualquier río servirá.
  • Lila en septiembrehas quotedlast year
    Simone Weil advirtió lo contrario: «El amor no es consuelo. Es luz».
  • Renata Uribehas quoted2 years ago
    Quiero que sepas, si algún día lees esto, que hubo un tiempo en el que hubiera preferido tenerte a mi lado antes que cualquiera de estas palabras; hubiera preferido tenerte a mi lado más que todo el azul del mundo.
  • (esc) rito de iniciaciónhas quoted3 years ago
    . Ese mes me toqué cada noche en mi cama estrecha y llegué a pensar en ti, sabiendo todo el rato que estaba sembrando las semillas de un desastre por venir.
  • Berenice Torreshas quoted3 years ago
    Así que me enamoré de un color —en este caso, el color azul— como si cayera bajo un hechizo, un hechizo por el que luché, alternativamente, para permanecer dentro y salir de él.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted5 days ago
    111. Goethe también se preocupa por los colores y el dolor, aunque sus informes suenan más a noticias desde el campo de batalla: «Cada color intenso ejerce cierta violencia sobre el ojo y fuerza este órgano a la oposición». De inmediato reconozco que este fenómeno es verdad debido a mis años trabajando en un restaurante de intenso color naranja. Trabajé allí en turnos de diez horas, desde las cuatro de la tarde hasta las dos de la madrugada, a veces hasta más tarde. El restaurante era increíblemente naranja. De hecho, todo el mundo en el pueblo lo llamaba «el restaurante naranja». Aun así, cada vez que volvía a casa desde el curro y me desplomaba en mi ropa impregnada de humo, con los pies en alto contra la pared, el comedor reaparecía en mis sueños en azul pálido. Durante un tiempo pensaba que esto era suerte, o una especie de deseo cumplido (naturalmente, mis sueños convertirían todo en azul, por mi amor por este color); ahora me doy cuenta de que es más probable que fuera el resultado de pasar diez horas o más mirando un naranja saturado, el opuesto al azul en el espectro. Es una historia sencilla, pero me asusta, en la medida en que me recuerda que el ojo es simplemente una grabadora, con o sin nuestra voluntad. Quizás lo mismo podría decirse del corazón. Pero, si opera aquí una violencia, queda sin decidir.
  • Iván Arturo Méndez Ocampohas quoted5 days ago
    109. Con el tiempo, los pies de mi amiga herida se han puesto azules y suaves por el desuso. Su azul es el azul de la leche desnatada; su suavidad, la de un bebé. Me parece que tienen una apariencia y tacto curioso y bello. Ella no está de acuerdo. Cómo podría: es su cuerpo; sus transformaciones, su pena. A menudo examinamos juntas partes de su cuerpo, como si la parálisis los tradujera en objetos de investigación independientes. Pero son suyas aún. Con independencia de lo que les ocurra a nuestros cuerpos durante nuestras vidas, sin importar si se convierten en «guijarros en agua», siguen siendo nuestros; nosotros, suyos.
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