Marty Pig tiene, a sus catorce años, una vida complicada: se burlan de su nombre, tiene un padre alcohólico y está enamorado de su vecina, que tiene novio. Unos días antes de Navidad, se encuentra con que el cadáver de su padre yace en la sala y tiene dos opciones: llamar a la policía o esconder el cuerpo y fingir inocencia. Martyn opta por la segunda, sobre todo, porque está harto de que no lo dejen tranquilo. Logra salir avante de la investigación policial, pero descubre, a su pesar, que su amor platónico lo traicionó para quedarse con una sorpresiva herencia que le pertenecía por derecho.