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Svetlana Aleksievich

El fin del «Homo sovieticus»

  • Iván Méndez Ocampohas quotedlast year
    A veces pienso en mis compañeros de la universidad… Nos hemos convertido en cualquier cosa—altos ejecutivos de agencias de publicidad, empleados de banca, vendedores—; en cualquier cosa menos en filólogos…
  • Irasema Diazhas quoted2 hours ago
    Había un anciano, un hombre de pueblo, analfabeto, encerrado por el incendio de una caballeriza. Y un estudiante que había ido a parar allí por haber contado un chiste: “En un salón engalanado cuelga un retrato de Stalin y un profesor lee una conferencia sobre Stalin, mientras el coro canta una canción dedicada a Stalin y un poeta declama un poema loando a Stalin. ¿Qué se celebra? El centenario de la muerte de Pushkin”.
  • Irasema Diazhas quoted2 hours ago
    Precisaban fabricar una “organización terrorista clandestina”. “¿Con quién se reunía su mujer? ¿A quién le entregaba los planos?”, me interrogaban. Yo lo negaba todo. ¿De qué planos hablaban? Me golpeaban. Me pateaban. Y eso lo hacían mis camaradas. Yo tenía un carnet del Partido y ellos tenían un carnet del Partido. Y mi mujer también tenía el suyo.
  • Irasema Diazhas quoted2 hours ago
    Algo que había sucedido en la última conferencia del Partido celebrada en la ciudad. Mientras recitaban toda la letanía de salutaciones a Stalin, la sala entera se puso en pie. Las ovaciones se sucedían: “¡Gloria al camarada Stalin, inspirador y artífice de nuestras victorias!”, “¡Gloria a Stalin!”, “¡Gloria a nuestro líder!”. Un cuarto de hora de vítores… Media hora… Todos se volvían sin cesar a mirar a sus vecinos, pero nadie se atrevía a ser el primero en sentarse.
  • Irasema Diazhas quoted2 hours ago
    El carnet del Partido es mi Biblia. (Declama): “Destruiremos el mundo de la violencia, | hasta sus cimientos, | para después construir nuestro mundo, un mundo nuevo, | donde quien nada tuvo, todo lo tendrá…”. Queríamos levantar el Reino de Dios en la Tierra. Un sueño hermoso, pero irrealizable, porque el hombre aún no está listo.
  • Irasema Diazhas quoted3 days ago
    Entretanto, todavía vivíamos en un mundo soviético, donde había unas únicas reglas de juego y todos nos ateníamos a ellas. Alguien se subía a una tribuna, por ejemplo. Mentía y todos aplaudían sus mentiras, conscientes de que mentía y consciente él también de que todos sabían que estaba mintiendo. Pero soltaba su discurso igualmente y se alegraba de los aplausos que recibía. Todos sabíamos que aquélla era la vida que nos tocaba y buscábamos un refugio dentro de ella.
  • Irasema Diazhas quoted5 days ago
    Solemos cantar canciones de la guerra. ¿Hay algún otro país del mundo donde suceda algo así? Los polacos también vivieron bajo el socialismo, y también los checos y los rumanos, pero aun así son muy distintos de nosotros…
  • Irasema Diazhas quoted15 days ago
    Ahora la gente no suele recordar lo malo de los tiempos soviéticos. Por el contrario, se siente orgullo de la victoria en la guerra y de haber sido los primeros en volar al espacio. Hemos olvidado que las tiendas estaban vacías… ¡Parece mentira!
  • Irasema Diazhas quoted15 days ago
    ¿Sabe qué anhelábamos realmente? Un socialismo light, un socialismo con rostro humano…
  • Irasema Diazhas quoted15 days ago
    Ahora hablan del «horrible sistema de enseñanza soviético». Pues que sepan que ese «horrible sistema» fue el que me enseñó a preocuparme por los demás tanto como por mí mismo, a preocuparme por los débiles, por los que lo pasan mal.
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