Los pobres notarios estamos siempre en medio del lío... –antes de salir de los labios de Bardissone un juicio drásticamente negativo tenía que vérselas con su costumbre de pesar cuidadosamente las palabras y, más aún, con su tendencia al posibilismo y a dejar una salida a los problemas–. El tipo es, ¿cómo te diría?... –¿Poco de fiar? –Poco de fiar... Es un tipo poco de fiar... Es un tipo poco de fiar... –y cada vez que repetía la expresión «poco de fiar», como si quisiera comprobar qué tal sonaba en sus oídos, el notario intentaba disminuir su gravedad y convencerse de que, aunque hubiera que definirlo como poco de fiar, sin embargo, el ser poco de fiar no era una característica tan negativa, a pesar de todo–. En líneas generales, yo no te lo aconsejaría... pero, aunque sea poco de fiar, siempre es...