El Principito

Conozco un planeta donde hay un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha mirado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sacar cuentas. Y todo el día repite como tú: «Soy un hombre serio. Soy un hombre serio». Y eso lo hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre. ¡Es un hongo!

Si alguien ama a una flor que es única entre millones y millones de estrellas, eso es suficiente para que ese alguien sea feliz cuando la mira y se diga: «Mi flor está ahí, en alguna parte...».

Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazón.

entonces mi dedicatoria:
A LEON WERTH,

personas mayores no entienden nada por sí solas y es agotador para los niños tener que estar dándoles explicaciones una y otra vez...

«¿Por qué tendríamos que tenerle miedo a un sombrero?»

«Las serpientes boas engullen sus presas enteras, sin masticarlas. Después, ya no se pueden mover y duermen durante los seis meses que demora su digestión».

mis brazos. Lo estreché contra mi cuerpo y le dije: «La flor que amas no está en peligro. Le dibujaré un bozal a tu cordero

Enrojeció y continuó:
–Si alguien ama a una flor que es única entre millones y millones de estrellas, eso es suficiente para que ese alguien sea feliz cuando la mira y se diga: «Mi flor está ahí, en alguna parte...». Pero si el cordero se comiera a la flor, sería para él como si de pronto todas las estrellas se apagaran. ¿Acaso eso no es importante?
No pudo decir nada más. Bruscamente comenzó a sollozar. La noche había caído. Solté mis herramientas. Ya no me importaban mi martillo, mi perno, la sed y la muerte. En una estrella, en un planeta, e

–Conozco un planeta donde hay un señor muy colorado. Nunca ha olido una flor. Nunca ha mirado una estrella. Nunca ha amado a nadie. Nunca ha hecho otra cosa que sacar cuentas. Y todo el día repite como tú: «Soy un hombre serio. Soy un hombre serio». Y eso lo hace hincharse de orgullo. Pero eso no es un hombre. ¡Es un hongo