Carlos Salem vuelve a la poesía recopilando todas las sensaciones de sus anteriores publicaciones y mezcla alegría y tristeza, crítica social, alguna sonrisa y buena dosis de surrealismo para crear una obra en la que el protagonista es el amor como revolución.
Un mensaje lleno de esperanza que convierte al amor en el desencadenante de un cambio en la sociedad que se acerca cada vez más a unas actitudes lejanas al compartir por compartir.
Deja por escrito lo ridículo que puede llegar a ser el ser humano en varias ocasiones, mostrando como primer ejemplo a no seguir su propia actitud y convirtiendo la experiencia que le dan los años en una energía renovada para empezar de cero.