Los libros de Wharton son testimonio de las transformaciones que sufría Nueva York a principios del siglo XX, de las grandes mansiones frente a Central Park hasta las zonas de los obreros explotados, reducidos a una vida indigna en sus diminutos departamentos. A pesar de que no apoyó ni el movimiento sufragista de las mujeres ni el feminismo de su época, las protagonistas de estos dos relatos, y de buena parte de sus libros, son mujeres fuertes, apasionadas y decididas. Son personajes que establecen relaciones importantes y complejas con otras mujeres, de amistad y antagonismo -lejos de los estereotipos que predominan en el canon literario— y que toman las riendas de su destino, incluso cuando se encuentran en la desesperanza más absoluta. Sirvan estos dos relatos para quienes no conocen a la autora, para quienes han leído sus novelas -más famosas que sus cuentos— y para quienes tienen la suerte de releer dos historias que crecen con cada nueva lectura.