En El último Anselmo, el autor revisita los últimos escritos de Anselmo de Canterbury (1033–1109) y ofrece una traducción al castellano de tres obras esenciales: Carta sobre la encarnación del verbo (1094), Por qué el dios-hombre (1095–1098) y Concordia de la presciencia, la predestinación y la gracia divinas con el arbitrio libre (1108). Estos textos, acompañados de introducciones contextuales, exploran temas como la naturaleza de la Trinidad, la posibilidad de redención y la relación entre las libertades humana y divina. La obra fue pensada tanto para el lector especializado como para quien se interesa en el pensamiento medieval, con una terminología clara y explicativa. Es una contribución significativa para comprender el legado teológico y filosófico de Anselmo y destaca su visión de una libertad humana plenamente integrada con aquella divinidad.