En la actualidad, la memoria colectiva está siendo sustituida por la reconstrucción que las imágenes del cine y la televisión nos ofrecen del pasado. El Holocausto resulta un ejemplo palmario de que algunos acontecimientos históricos difícilmente pueden situarse ya fuera del imaginario construido por los medios de la cultura de masas fundamentalmente estadounidenses.
El denominado “Holocausto de Hollywood”, ejemplificado en la película La Lista de Schindler, supone la erosión progresiva del discurso generado por los historiadores profesionales desde hace décadas. Este interés de los medios por el Holocausto entraña dos peligros: la banalización exhibicionista del horror y la posible identificación con los verdugos.