Pero, en definitiva, los objetivos de proceso deben conectar tanto con las aspiraciones de los miembros del equipo como con sus estilos. Los dos ejercicios siguientes pueden contribuir a lograrlo:
Capta sus ideales
Pide a cada miembro del equipo que redacte un correo electrónico de un párrafo con el propósito hipotético de enviarlo a un compañero al cierre del proyecto; en él debe hablar sobre la maravillosa experiencia de trabajar juntos. Cuando os reunáis, que cada cual comparta su correo con todos y que identifique los temas de los que trata. Estas visiones idealizadas del futuro pueden ayudar a diseñar tanto las tareas a realizar como los objetivos de proceso. Porque se trata, más que nada, de responder a las siguientes preguntas: ¿qué quieren lograr los miembros del equipo? Y ¿cómo quieren lograrlo?
Canaliza sus esperanzas y preocupaciones
Haz que cada individuo apunte dos expectativas y dos preocupaciones sobre el equipo. Luego comentadlas en grupo, una vez más, buscando los puntos de coincidencia. A veces sucederá que una persona exprese algo como esperanza y para otra esa misma idea sea una preocupación.