En los balnearios nunca pasa nada hasta que pasa. Es entonces cuando se pierden las maneras, el decoro, la templanza, el bisoñé, la salud e incluso la vida. Cada novela del ciclo Carvalho responde a un nuevo desafío circunstancial, como si el autor rechazara partir de la fórmula que ha utilizado en la anterior. Casi tres años después de La Rosa de Alejandría, Vázquez Montalbán vuelve a meter a su personaje más constante en una novela. Pero en este caso Carvalho ni viaja ni come, y tiene que ingeniárselas para poder quemar un libro a hurtadillas. Sin embargo es una novela de gastronomía, de gastronomía caníbal, podría decirse. Fábula de la conducta individual y social de viejos y nuevos europeos, escrita en clave de humor y de terror suave. Un terror de balneario.