Dikê está muerta. Murió el día de su boda.
Es lo único que sabe Lyra, de lo único que canta cada noche en el Ragweed. Al menos, hasta que uno de los Doce le dice la verdad:
Dikê está viva. Se la llevaron a Inferno.
Así que allí irá, a recuperarla. Más allá de las mentiras y amenazas de la mafia de los Doce, más allá de las sucias calles de la capital, más allá del C.A.N., más allá de la muerte. Armada con una guitarra y el recuerdo del oro en los labios de su esposa, Lyra compone una nueva canción:
Dikê está viva.
Y la traerá a casa.
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