“Hablemos de Ello” es el tercer poemario publicado del autor, convirtiéndose en una obra que marca un antes y un después en la temática de su poesía. Como el mismo expresa, esta obra aborda un aspecto de sí mismo y del ser humano que ha sido interpretado por otras disciplinas del arte y el conocimiento, de forma científica y hasta quirúrgica. Sin embargo, la capacidad inherente al lenguaje y la estética de la poesía es la que permite la más potente forma de mirar, escudriñar e interpretar al individuo. El propio juego de palabras de su título “Hablemos de Ello” expresa por un lado la necesidad del hablante lírico de abordar temas y mundos no abarcados previamente, pero también introducirse en ese concepto del psicoanálisis, el Ello, esa parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, fuente de las más paradojales conductas y dolencias. ¿Quién mejor que el poeta para navegar en esos mares desbocados de lo más profundo e irracional del hombre y particularmente de sí mismo? Este libro es una invitación a la honestidad y el autoconocimiento de lo peor y lo más sublime de un ser, a través del verso y la fuerza de la palabra. Es también una revisión de aspectos tan innatos e imperfectos como el egoísmo, el amor propio, el nacionalismo, las creencias y los valores de un país como el nuestro, así como aquellos que lindan con la autocrítica a la poesía y el arte, constituyéndose en una voz de exploración y mirada interna. Todo este popurrí de temas y de particulares miradas del mundo pueden y son compartidas a través de un viaje por derroteros dolorosos y placenteros, en que el autor desnuda su estancia en el Olimpo, así como su claustro en el Reino de Hades. Quien quiera compartir este viaje deberá exigirse, al menos, la capacidad de mirarse a sí mismo.