Antes se consideraba el mestizo como un grupo aparte y nuevo desligado del indio, aquel ser primitivo y cobrizo, que quizá pueda él aceptar como testimonio de su propio pasado, pero que, en todo caso, ya ha dejado de ser definitivamente. Ahora, en cambio, intenta el mestizo saltar la lejanía para recuperar lo indígena, y se da cuenta de que lo tiene incrustado en sí mismo.