– Y vos, parcero, ¿alguna vez te has enamorado?
Recuerdo que lo poco que preguntó lo hizo en un tono infantil, una mezcla extraña de niña y mujer, utilizando ese tono contemplado con el que las mujeres buscan hacerse querer.
Le respondí. Muy cerca de su cara, porque durante las preguntas ya estábamos muy cerca, por eso no tuve que hablar fuerte para responderle que sí, que todavía lo estaba, y ella me preguntó bajito: «¿Y de quién?», y aunque ella sabía la respuesta, yo le contesté más bajito aún: «De vos».