Esta historia se inspira en El origen del mundo, el famoso cuadro de Gustave Courbet exhibido en el Museo de Orsay, en París. Se escribió mucho acerca de la identidad de la modelo hasta que, en 2018, resolvieron el viejo enigma de 152 años: ese «interior» pertenecía a Constance Quéniaux, una cortesana que había formado parte del cuerpo de bailarinas de la Ópera de París.
De regreso a París, Constance vuelve a su vida y su círculo de amantes, gozando de su existencia y, sobre todo, de su encuentro con Auguste Rodin, cuyas manos son igual de hábiles esculpiendo piedra que dando caricias íntimas.
Cuando Khalil le pide un último favor, que pose desnuda para él, ella acepta. El artista no es otro que Gustave Courbet, de una virilidad casi brutal.
Louise Manook es una instructora de documentales y una autora francesa. La literatura erótica es un nuevo género para ella y parte de un proceso de descubrir nuevas partes de la condición humana.