Anoche mismo, Ellen me dijo: «Papá, ¿cuándo seremos ricos?». Pero no le dije lo que sé: «Seremos ricos muy pronto, y tú, que tan mal administras la pobreza, igual de mal has de administrar la abundancia». Y es muy cierto. En la pobreza, es una envidiosa. En la abundancia bien podría ser una esnob. El dinero no cambia la enfermedad, sino que solo modifica los síntomas.