Teníamos, por un lado, las cosas obvias como los Campos Elíseos, la Torre Eiffel, el Trocadero, el Arco del Triunfo, Moulin Rouge, Notre Dame, Sacré Coeur y Montmartre, el barrio latino, el puente de Alejandro III… y los rincones especiales, como la librería Shakespeare & Co, esa terraza en la plaza de la Sorbona, el cementerio…