A un siglo de distancia, las múltiples lecturas, reflexiones e interpretaciones que ha provocado ponen de manifiesto hasta qué punto Tótem y tabú es una obra viviente. Texto preferido por el propio Freud es, al mismo tiempo, una obra maldita.
Desde su publicación (1912–1913) ha estado envuelto en recias polémicas. Teatro de la connivencia, de la lucha y de la ruptura con C.G. Jung, ha suscitado fuertes reacciones de los antropólogos y engendrado malentendidos que persisten hasta nuestros días.
La fuente de las críticas más severas es la viva impresión, el impacto, provocado por la narración de la muerte feroz del padre de la horda primitiva (Uroater). Ese «mito científico» sigue teniendo fama de escandaloso a pesar de ser “el menos cretinizante” (según Lacan) para pensar los orígenes de la civilización, de la familia, de la religión y del derecho.