Las tradiciones y costumbres mexicanas son retratadas en “Los convidados de agosto” de Rosario Castellanos, quien elige un poblado llamado Comitán y la celebración del santo patrono: Santo Domingo de Guzmán, para explorar la vida de Emelina y de su familia. Emelina —como sucede con las jóvenes solteras en los pueblos— acostumbra salir a disfrutar de la feria y conocer al que podría ser el hombre de su vida; sin embargo, Castellanos convierte este sitio y esta celebración en un lugar y un momento para las adversidades, las desavenencias, la conquista de la libertad y, por supuesto, el sufrimiento de la mujer.