Jamás, óigame bien, nunca jamás debe permitir que afloren sus sentimientos en un caso de asesinato. Cuando una niñita es asesinada por un cabrón, como ahora, por supuesto que se trata de algo horrible. Pero, aunque le parezca cruel, la pequeña no dejará de estar muerta, por lo que para nosotros no debe suponer más que un caso que hemos de resolver. ¿Me ha comprendido? Ya no está en nuestra mano ayudar a esa niña, pero sí podemos ocuparnos de que esa basura con forma humana no vuelva a repetir otro acto como éste.