En sus cartas, de las cuales han sido publicadas casi setecientas, escribía a menudo sobre su deseo de amor y seguridad: «Me gustaría estar con una mujer para variar, no puedo vivir sin amor, sin una mujer. No apreciaría la vida en absoluto si no hubiera algo infinito, algo profundo, algo real»[7]. En varias ocasiones, remarcó que valdría «más la pena hacer niños que pinturas»[8]