Los Ocho entremeses se editan en 1615 y son sin duda lo más interesante del Cervantes dramaturgo. Son pequeñas obras de arte que están a la altura de lo mejor de sus comedias. Recordemos que los entremeses son obras de un solo acto, con carácter humorístico y tema popular, que se representaban en los entreactos de obras más largas. Los personajes suelen responder al tipo del tramposo, el vividor, la casada infiel o los criados maliciosos, con un estilo de realismo costumbrista que recrea el lenguaje popular, agudizándolo mediante la ironía. Además, los diálogos de los personajes están llenos de viveza. Los temas, enfocados desde una perspectiva caricaturesca, son muy variados: tema amoroso y matrimonial (El juez de los divorcios, El rufián viudo, El viejo celoso y La cueva de Salamanca), tema social urbano (El vizcaíno fingido y La guarda cuidadosa), tema rural (El retablo de las maravillas y La elección de los alcaldes de Daganzo).