Sé que se pasó la infancia en el exilio y la pobreza, alimentándose de sueños y planes, huyendo de una ciudad a otra, siempre con miedo, nunca a salvo, sin más aliados que un hermano que, según se dice, estaba medio loco. Y que vendió la virginidad de su hermana a los dothrakis por la promesa de un ejército. Sé que por allí, enmedio de la hierba, nacieron sus dragones y, en cierto modo, ella también. Sé que es orgullosa, ¿cómo no iba a serlo? ¿Qué le queda, si no el orgullo? Sé que es fuerte, ¿cómo no va a serlo? Los dothrakis desprecian la debilidad. Si Daenerys fuera débil, habría muerto, igual que Viserys. Y sé que es fiera. Astapor, Yunkai y Meereen lo demuestran. Ha cruzado el mar de hierba y el erial rojo; ha sobrevivido a intentos de asesinato, conspiraciones y hechizos, y ha llorado a un hermano, a un esposo y a un hijo, para reducir a polvo las ciudades esclavistas bajo sus lindas sandalias.