«Un barrio donde se explotan sapos por placer es un lugar que esconde demasiados secretos. En ese recorte de tierra en Córdoba, empieza la historia de este protagonista sin nombre. Un niño que toma clases de fútbol con un amigo fiel y un profesor que lo invita a mirar televisión a su casa. Porque ¿qué puede haber de malo en que un adulto y un niño pasen tiempo juntos sin contarle a nadie? ¿Qué puede tener de perjudicial lo que no se dice?
Los sapos es una novela contada en dos carriles muy definidos: el presente y el pasado. Ese niño del pasado se convierte en ese adulto del futuro, uno muy escindido de sus emociones, uno que debe jugar al Age of Empires hasta que los ojos se le pongan ásperos. Una fractura demasiado atroz puede hacer que ese niño no crezca nunca más. Ezequiel Britos escribe como si estuviera ahí, todo el tiempo, mirando todo con una alucinación que lo espanta. Escribe con la precisión de alguien que quiere revelar algo demasiado valioso. Su novela es su tesoro» (Camila Fabbri).