Poco después de finalizar la guerra civil, la Sección de Información de Alto Estado Mayor franquista recibe el encargo de localizar El arte de matar dragones, una tabla italiana perdida en el traslado de los fondos del museo del Prado. La orden procede del propio Serrano Suñer, y Arturo -un agente de pasado turbio y endebles convicciones políticas- habrá de investigar el desconcertante periplo de la obra El arte de matar dragones no es sólo una novela de intriga sobre traficantes de arte y ajustes de cuentas en la posguerra. También es la historia de un amor imposible, e incluso un relato iniciatico donde la tabla de un pintor italiano anónimo parece ocultar unas claves mas allá de la razón y de la historia, y preservar el espíritu de la caballería medieval a través de los siglos, en un país dominado por la crueldad y el odio.