A Anita le encantaría tener un perrito. Ante la perspectiva de la llegada de un hermanito, sus padres acceden a acoger a Alfie, un precioso cachorro westie. La niña está loca de contenta y se muestra muy responsable con él. Pero cuando el bebé llega a casa, todo se complica tanto que la familia decide deshacerse de su mascota. Solo después se darán cuenta de su error y, gracias a la inestimable ayuda de la abuelita, conseguirán recuperarla y llevarla de nuevo a casa.