El trabajo de Katie Peterson le exigía ser una locutora descarada, pero ahora se estaba volviendo descarada también en su vida privada. Jess Harkins había empezado a construir un rascacielos al lado de la emisora de radio. Katie detestaba aquel enorme edificio igual que detestaba ver continuamente al hombre que había rechazado la oportunidad de ser su primer amante.
Había llegado el momento de vengarse…Jess solía reírse con los irreverentes comentarios que Katie hacía en su programa, e incluso había pensado en pedirle una cita. Sin embargo la locutora había empezado a decir en antena que cualquier hombre empeñado en levantar un edificio tan alto sin duda quería compensar algún tipo de “carencia”…