Una novela autóctona en la más estricta acepción del vocablo, pero lo es a la manera de las que soportan traslaciones a idiomas extraños y ello merced a la universalidad del asunto. Este es muy original. Lo constituye un problema de psicología individual. En su desarrollo el autor muestra el descenso de un alma virtualmente generosa y, como contraste, el renacer de otras embebidas en la substancia de aquélla. Y en la notación de este doble proceso moral, el señor Vedia aguza el análisis hasta sorprender los movimientos menos perceptibles del espíritu en su crisis progresiva. Los personajes no se ocultan a sus atisbos de observador, que sin abstraerse jamás, logra adueñarse a veces de todo un carácter, merced a un sólo rasgo distintivo.