El armario de acero

Engáñate a ti mismo mientras sueñas

con tus manos alegres, malvadas,

las mismas con las que antes Lo abrazabas

el amor es desearle lo mejor al otro

desde el balcón de la planta quince dos diminutas figuras, dos chicos se besan bajo los rayos del sol, las manos metidas en los bolsillos del otro, qué tiernos.

Solo quería mostrarles a dos gais felices.

La victoria se acercaba. La primavera, en cambio, no acababa de llegar.

los juegos de rol no le gustan, son inocentes pero peligrosos, se parecen a las sectas, hay algo en ellos que no te deja ser libre

en aquella época, todavía era posible cazar algo que no molestase con su inteligencia ni aburriese con su ideología.

Ser zombi es difícil los primeros cien años

Luego es fácil: sentarse por la noche en un avión

volar hasta Nueva York, Berlín, Amsterdam,

encontrar un hombre bello con quien comer.

te quieren, pero se avergüenzan

y escriben sobre mí historias que no han pasado,

porque tienen celos de que mi cuerpo fue besado,

y desean que enferme

Si hubiera solución a los problemas, no habría problemas